La represión y el abuso de la policía no ha parado en todo el territorio nacional. Se cuentan por más de una decena los casos de gatillo fácil.
En Mendoza, San Rafael, fueron reprimidos por la policía dos niños de 11 y 4 años que jugaban con una pistola de juguete. Los policías usaron como excusa el arma para detener a los menores. En el arresto ilegal fueron salvajemente golpeados.
Ante la situación la madre y los vecinos fueron a parar la horrenda tontucio que termino con la policía reprimiendo con balas de goma, donde hirieron al menos de 4 años. La policía alegaba que no quería soltar a los hermanos "por la pistola", la madre les aclaro que era de juguete y la rompió para que lo comprobaran. Aun así a los represores no les importó.
La acción violenta contra al clase trabajadora no cesa y menos contra la juventud y la niñez del proletariado que es victima constante de las balas policiales.
El Partido Comunista ya se había posicionado declarando que ser joven y pobre no es ningún delito. A su vez se pide por la renuncia de Berni y el cese de la violencia policial contra la clase trabajadora. Para esto es imprescindible que las fuerzas de (in)seguridad sean depuradas en su totalidad y reemplazadas por una fuerza elegida por el pueblo y fiel a él.
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