El Ejercito Argentino habría realizado un sobrevuelo en algunos municipios del área metropolitana para "bendecir a los argentinos que sufren el azote del Covid-19". Portando las imágenes de Nuestra Señora de Luján de Malvinas y Nuestra Señora de Loreto, el obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, sobrevoló el área metropolitana con las dos imágenes. "La presencia de María sobrevolando nuestro cielo es un signo de cercanía a nuestro pueblo", señaló.
Se trataria del helicóptero B Helic Asal 601 del Ejército Argentino que partió de Campo de Mayo con las imágenes marianas, tomando luego rumbo al cuadrante este, para cruzar los partidos de Tigre, San Fernando, San Isidro, Vicente López, ingresando ingresando luego a territorio de la ciudad de Buenos Aires, bordeando el Río de la Plata.
En medio del crudo contexto de recesión económica, virtual default debido a la deuda externa contraída por el macrismo acompañado del resultado de cuatro años de vaciamiento del aparato estatal y fundamentalmente del sistema público de salud de nuestro país, el Ejército Argentino no tiene mejor idea que gastar combustible y dinero estatal para alimentar al dogma religioso del catolicismo.
Mientras nuestres pibes se mueren de hambre hacinades en los barrios, les trabajadores informales y de la economía popular no pueden llevar el pan a la mesa de sus familias y los comedores comunitarios se dan a la titánica tarea de resolver el hambre en medio la pandemia mundial de Covid-19, vemos este acto de irresponsabilidad, ¿Qué hace un cura violando la cuarentena? Cuando claramente las actividades de culto religioso no están exceptuadas del cumplimiento del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio.
¿En qué piensan estos funcionarios públicos? Cuando la guita hay que ponerla en los hospitales y los barrios para que no nos explote en la cara el virus más peligroso, el Capitalismo.
Quienes realizan éstos actos de egoísmo frente a la miseria material que se encuentran en las zonas más marginalizadas de nuestro país deben comenzar a entender el cambio de paradigma fundamental para comenzar a salir de ésta crisis.
Debemos llamar a entender que no podemos volver a la normalidad del decadente capitalismo convulsivo, que la crisis no la pueden pagar los trabajadores a costa de sangre para el continuo sostenimiento de las castas privilegiadas, y que los millonarios subsidios que recibe la Iglesia Católica en nuestro país tienen que ir para el pan y la leche de les pibes de nuestros barrios y no para el espectáculo de impunidad que ostentan con esta irresponsabilidad.
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