El barón del conurbano que lleva en el trono más de una docena de años se vio en un vídeo declarando saber que se movilizaba cocaína en ambulancias recientemente compradas
Los "caudillos" políticos en la provincia de Buenos Aires y todo el territorio nacional son elementos interesantes de un capitalismo que no teme a ocultarse lo más mínimo. La identidad parasitaria de los burócratas se blanquea junto con los métodos mafiosos que rodean a estas figuras siniestras.
Ishii salio en primera plana hablando con sus "tenientes" sobre el manejo de la localidad, los métodos populistas para mantener al pueblo en su jaula y por supuesto lo peor de todo que es le hecho de que "sus muchachos" distribuyen cocaína en ¡ambulancias del Estado!
Esto es demoledor si tenemos en cuenta la enorme cantidad de pobreza que rodea a la provincia de Buenos Aires. Los trabajadores se ven sitiados por parásitos: evangelistas, burócratas, narcos, usureros y todo tipo de calaña que lucra con las necesidades del proletariado bonaerense.
No nos engañemos todo esto es producto de un sistema moribundo que subsiste gracias a la marginalidad que el mismo sistema provoca. Varias voces, sobre todo en la derecha, usan este hecho para acusar el "kirchnerismo" del generador de todos esos males. Esos son cantos de sirena oportunistas. La derecha también tiene sus barones, como fue el caso de Cariglino, y usa las mismas herramientas que los demás porque tienen la misma formula: lucrar con la mayoría para enriquecer a la minoría, es decir, capitalismo decadente.
La salida a todo este infierno, donde siempre pierde el trabajador ya sea embaucado o asesinado, es con la organización revolucionaria en el Partido de Vanguardia con objetivos de acabar con los privilegios de los millonarios que son los generadores de la pobreza, el hambre y la desocupación, elementos que traen consigo a la droga, la delincuencia, la muerte y la represión. Cortemos de una vez con los parásitos y construyamos el socialismo liberador de todos los males capitalistas.
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