Por Rodrigo Pintos
(Foto de portada: Gustavo Gavotti) |
En confluencia con la construcción discursiva que viene llevando la cartera dirigida por la ministra Patricia Bullrich, ésta anuncio antes de ayer (y ayer se oficializó) las intenciones del gobierno de Cambiemos de declarar mediante un decreto la catalogación de Hezbollah como organización terrorista.
Anteriormente Bullrich había asegurado su preocupación, sincrónicamente a funcionarios de E.E.U.U, por el supuesto funcionamiento de una “célula terrorista de Hezbollah” en el territorio fronterizo que compartimos con Brasil y Paraguay (ubicado encima de una de las reservas de agua dulce con mayor regeneración del mundo, el acuífero Guaraní), además de gestar la instalación de la D.E.A y sus servicios de inteligencia, la formación militar brindada por los ejércitos de EE.UU e Israel a militares y miembros de las Fuerzas de Seguridad Internas, la movilización de tropas extranjeras en territorio argentino sin autorización del Congreso de la Nación, y los ejercicios militares realizados el mes pasado en el marco de la Conferencia de Ejercicios Americanos, con la participación de 15 ejércitos latinoamericanos, de Estados Unidos y España.
Ahora continua demostrando la imperiosidad que tiene el gobierno de vender nuestra soberanía nacional, posicionarse en beneficio de los intereses imperialistas, y en una clara intención de rejuntar los votos conservadores o de ultra derecha que teme perder en las elecciones de octubre debido al nivel de descontento producto de la crisis económica, política y social que ha generado su gobierno.
Hezbollah es la excusa perfecta, por más que no ha habido ningún tipo de demostraciones cabales de la existencia o funcionamiento de algún grupo terrorista en nuestro país, sin embargo, Misiones ha sido la demostración del experimento represivo nacional, de la entrega de soberanía y de nuestros recursos naturales. Los ejercicios militares y el despliegue armamentístico a lo largo de nuestra provincia son muestras cabales de las intenciones de amedrentamiento y la vanagloria de su poderío militar y la impunidad que tienen mediante sus lacayos del gobierno nacional y provincial.
Es sabido que cada vez que la D.E.A interviene en algún lugar, es en función del control a su beneficio del narcotráfico y del contrabando; y entendemos que nuestra tierra no puede ser utilizada por el imperialismo como un punto geoestratégico, en una guerra entre potencias en la que NO pedimos participar.
Y es por lo menos curioso observar cómo los puntos de instalación de bases norteamericanas coinciden con puntos de abundancia de algún recurso como el agua en Misiones, o el litio en Salta.
Al mismo tiempo, vemos cómo el injerencismo yanqui refuerza sus posiciones aliadas, atenta contra los gobiernos de Venezuela, por sus reservas de petróleo y posición geoestratégica, y de Nicaragua por sus intenciones de construcción de un nuevo canal de comercio con China que le haga frente al canal de Panamá, como contra cualquiera que pretenda no ser funcional a sus intereses.
Llamamos a la lucha antiimperialista, a la defensa de nuestra soberanía como pueblo argentino, a la protección de nuestros recursos y por consiguiente del futuro de nuestra juventud, y a la defensa de nuestra Patria Grande Latinoamericana.
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