Por Pedro Maldonado
Hace unos días caminando por los pasillos del colegio hablaba con un compañero acerca de su formación. Él me decía que su aprendizaje teórico lo formaba tratando de contrastar ideologías y a su vez de una forma “empírica” en la red social Twitter. Pregunté “¿Hasta ahora como te vas definiendo?” y él me contestó “De derecha”. Había llegado a esa conclusión a raíz de los comentarios y respuestas reaccionarios que le llegaban cuando participaba en debates de Twitter. Entonces, ¿cual es nuestro rol? ¿comunicar y generar conciencia o llevar a la marginación y al resentimiento al pueblo?
Mao decía que la mayor virtud de un revolucionario es la paciencia. Paciencia que debe ser usada para escuchar las millares de mentiras que ha impuesto el imperio y los capitalistas en general (que son discursos retomados de los nazis) al ganar la batalla cultural desde 1991 en adelante. Paciencia además para desenredar estas mentiras dando respuestas claras y concisas sin hacer uso de la altanería, sin humillar ni castigar.
Nuestro deber como revolucionarios y como marxistas-leninistas es saber: 1) cual es la masa real en la que estamos trabajando 2) saber identificar las contradicciones en el seno del pueblo que se pueden resolver y 3) saber introducir al pueblo en la conciencia de clase revolucionaria.
La masa trabajadora argentina no es, ni mucho menos, como se la imaginan ciertos infantilistas izquierdistas. No son mayoría los que se cuelgan el pañuelo verde en las villas, ni mayoría aquellos que abogan por la destrucción del Estado burgués, tampoco son mayoría los que ven con buenos ojos a los inmigrantes. Así nos encontramos con un pueblo machista, muy religioso (lo cual no es para nada malo) xenófobo y racista. No porque el pueblo argentino quiera ser así, sino porque se le enseñó ser de esa forma por la clase dominante y son los rasgos culturales del pueblo latinoamericano (como lo es la religión).
Pararse en un atril con banderas rojas, un cuadro de Lenin y un librito a la vez que se señala, se persigue y se margina al pueblo es un ataque directo contra la clase y un atentado contrarrevolucionario contra esta.
Hay que saber generar conciencia, romper sentidos comunes con paciencia y razón, crear desde ahí una alternativa a raíz de la enseñanza política y económica, enseñar la teoría marxista limpia y sin tanto espíritu de universidad.
Así es como se forma a las masas y solo se puede formar a las masas si estamos dentro de ellas y comprendemos sus atrasos y sus avances. Para esto la prensa revolucionaria es una herramienta vital pues debe tener la capacidad de concientizar, dirigir e informar a los trabajadores y cuadros del Partido. Entonces camaradas concienticemos, no seamos reaccionarios, introduzcámonos en las masas y plantemos la bandera de la alternativa: el socialismo real y proletario.
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