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Educación y emancipación

*Por Jacobo Miranda


En tiempos de cuarentena, diversos sectores han estado en el ojo del huracán, así como la salud y la economía, pero no se puede dejar de lado la educación, que está muy lejos de ser un eje de preocupación por parte del Estado.

Se ha evidenciado una fuerte crisis en el sistema educativo en todos sus niveles, no solo en la forma en que se imparte la educación en este tipo de circunstancias. En este sentido, ¿debió acontecer un suceso de esta magnitud para que queden a simple vista las grandes falencias en el ámbito pedagógico? Ante la situación pandémica actual, que obliga a la mayoría de la población a estar confinada en sus hogares, las autoridades educativas han tomado la determinación de utilizar herramientas tecnológicas (como es el caso de las aulas virtuales) tanto en el sector estatal como en el privado, ahondando aún más los problemas que se vienen arrastrando desde hace décadas.

Cabe recordar que durante el gobierno macrista se cancelaron programas como el «Conectar Igualdad» que, si bien fue iniciado durante el kirchnerismo, no se logró insertar como herramienta en el campo pedagógico. Esto entendido como solo una parte más del vaciamiento sistemático que ha sufrido la educación pública en los últimos años y que tiene como resultado las evidentes limitaciones, tanto para docentes como para estudiantes, en el uso y accesibilidad de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, mejor conocidas como TICs.

Este nuevo formato educativo unidireccional, meritocrático e individualista no es más que un mar de contenidos con un milímetro de profundidad y no aporta las garantías suficientes para desarrollar al máximo las capacidades y las habilidades de les estudiantes.

Por ello, hay que buscar otras alternativas para solucionar los problemas que el sistema educativo argentino viene acarreando y vemos en la enseñanza de una educación colectivista una salida a este problema.

Como respuesta a estos posicionamientos por parte de las clases dominantes en lo que respecta a la educación, proponemos una postura colectiva y liberadora, que permita a les estudiantes tomar conciencia de su condición y entorno, y ser un verdadero actor en la transformación de la sociedad.

La teoría marxista sentó serias bases científicas que le dieron la posibilidad a la pedagogía de resolver sus aparentemente eternos baches, jugando un importante papel en su desarrollo, relacionándolo con la conciencia social de la educación y su carácter histórico.

Marx y Engels pusieron en evidencia la intrínseca relación entre la educación y las condiciones materiales de vida de la sociedad, así como su papel y lugar en la vida; de igual manera, lograron demostrar que la educación está supeditada a las relaciones sociales, las cuales varían a lo largo de la historia.

A su vez, plantearon una fuerte crítica al Estado burgués que encontró en la educación una herramienta más de opresión del proletariado para fortalecer su dominio y desenmascararon la realidad escolar de los hijos de proletarios: instrucción mínima y pésimas condiciones que buscan reproducir las lógicas capitalistas guardando siempre los intereses de la burguesía, dado su carácter profundamente clasista. Educación que, además, estaba normada como obligatoria.

En pocas palabras, podría decirse que, en el capitalismo, la educación es siempre en beneficio de la clase dominante ya que tiene como único fin sacar de las escuelas obreros calificados.

Konstantinov, Shakerc y Medinsku (1981) afirman que «con frecuencia, la burguesía explica la implantación de la enseñanza en general por sus posiciones democráticas y porque aspiran a elevar el nivel de las masas populares», entendiendo que para los marxistas no es más que un pretexto para instruir al proletariado en su ideología.

Las relaciones interpersonales juegan un papel fundamental en el desarrollo integral del individuo, de ellas se obtienen importantes refuerzos sociales del entorno más inmediato que favorece su adaptación, además tiende a cohesionar como un igual ante el grupo, el estudiante recibe desde afuera un tipo de retroalimentación que fortalece sus lazos sociales en el aula. Freire (1965) se refería a la educación burguesa como «educación bancaria» y la caracterizaba como una simple deposición de contenidos por parte del educador en la mente de sus estudiantes. Esta definición de educación no se encuentra muy alejada del contexto actual de la realidad educativa en la Argentina o, dicho de otro modo, a la realidad que nos ha llevado la educación hegemónica que establece y perpetúa la situación económica, política y social y se caracteriza por ser autoritaria y unidireccional, dejando de lado la crítica, el diálogo y la reflexión de les estudiantes.

El pedagogo soviético Anton S. Makarenko conceptúa a la educación desde una pedagogía emancipadora, fundamentándose en un conjunto de valores como la disciplina, el trabajo, la libertad, la responsabilidad, el esfuerzo y el interés colectivo. En esta metodología debe privilegiarse un aprendizaje participativo, tanto en la escuela, como en la comunidad, y su evaluación debe ser guiada hacia una valoración del desarrollo cognitivo y físico, así como a su conocimiento y uso de las tecnologías para el cambio social.

De esta forma, Makarenko (1935) afirmaba que en su concepto de pedagogía primaba lo colectivo sobre lo individual, planteando que la colectividad es el mejor método para la organización racional de la vida infantil. También sostenía que la personalidad del educando está orientada por la colectividad infantil en su totalidad además del docente, ya que las personas solo pueden educarse en comunidad.

Quienes hayan tomado el camino de la docencia, deben comprender que la educación de les niñes es una tarea fundamental en nuestras vidas, ya que elles serán los forjadores de la historia, del nuevo ser humano, por eso es necesario saber guiar y no marginarlo de la realidad.

Hay que entender al estudiante como un individuo miembro de una colectividad; el cual debe estar integrado con el entorno que le rodea, haciéndose partícipe, y subordinando el interés individual al interés de la comunidad, cultivando así la disciplina, la puntualidad y la responsabilidad a través del trabajo grupal.

Por su parte, les docentes deben saber utilizar la pedagogía en la formación del nuevo ser humano, estimulando las cualidades de les estudiantes, debe mantener en elles una actitud consiente y responsable por medio del estudio, el trabajo y la actividad social útil con el fin de llevarlo a una nueva ética en la edificación de una nueva sociedad.

La pedagogía colectiva nos invita a la reflexión acercándose a la realidad, por ello la firmeza de la importancia de un trabajo colaborativo, asumiendo el rol y el protagonismo del estudiante en la construcción de su aprendizaje.

Es importante que les estudiantes tomen decisiones, se organicen y se responsabilicen dentro de su entorno. Un buen trabajo y una buena organización colaborativa son el camino hacia nuestro objetivo de una educación crítica y más justa.

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