Por Kevin Velasquez
El Gobierno de Jujuy viene siendo noticia desde el comienzo de la cuarentena por las políticas neoliberales implementadas por el radical Gerardo Morales. Hoy en día, frente al colapso del sistema de salud como consecuencia de los casos de corrupción, se busca despegar a toda costa a una de las “vacas sagradas” de Cambiemos. Neoliberalismo, corrupción y crisis sanitaria.
El denominado “emperador” tuvo como objetivo principal hacer campaña para posicionarse como figura fuerte de la oposición, mientras que estudiantes y trabajadores golondrinas pedían volver a Jujuy para estar con sus familias. Morales era mostrado por los medios como modelo y ejemplo de gestión frente a la pandemia al tiempo que buscaba incansablemente flexibilizar y llenarse de elogios entre sus correligionarios y aliados. Llegó a habilitar el turismo interno y proponer como solución para los trabajadores que a cada casa donde estuvieran los infectados de coronavirus les pongan una cinta que diga que ahí vivía una persona con el virus. No oyó ni acató las decisiones del Ministerio de Salud de la Nación, tampoco se ocupó de fortalecer el sistema sanitario de cara a la pandemia; en su agenda priorizaba montar shows en televisión para hacer política, realizar negocios, delitos en las fronteras a través de coimas y contrabando, todo aquello a lo que nos tienen acostumbrado los neoliberales.
Desde el 4 de Junio en que los célebres compradores de coca en la frontera boliviana acompañados por autoridades de la policía provincial y amparados por el Ministerio de Seguridad, ingresaron infectados, el sistema de salud de Jujuy se encuentra colapsado. Morales sigue responsabilizando a la gente. Durante los tres primeros meses el Gobierno Nacional envió aproximadamente 2.100 millones de pesos para equipar sanitariamente a la provincia, millones de pesos que no se vieron reflejados cuando empezaron a surgir los nuevos casos. Se compraron elementos de protección de mala calidad, se construyeron hospitales de campaña a medias, se entregó mercadería vencida, no atendió y ataco los consejos de los médicos infectólogos jujeños. El Gobierno Provincial malgastó todos esos millones para encubrir policías culpables del brote en la frontera con Bolivia, para presionar a jueces, para perseguir a opositores y para hacer negocios con las empresas más importantes de Jujuy, las cuales no le dieron importancia a la salud de sus trabajadores y trabajadoras.
Nada de esto es casualidad. El Gobierno de Jujuy con Morales a la cabeza reventó las finanzas provinciales, endeudando a la provincia de manera escandalosa e insostenible. Es el mismo gobierno que apoyo las políticas de Macri y que tapo con plata su desgobierno a quien ahora lo desconoce. Los que recordamos somos los jujeños, y es por eso que hoy en día la provincia atraviesa una profunda y grave crisis sanitaria, social y económica donde los trabajadores y trabajadoras de la salud, comedores y organizaciones sociales, la militancia juevenil, no deja de luchar para pasar este mal momento. Una provincia donde el 95% de las camas de terapia intensiva están utilizadas, el personal médico este sobrepasado, tenemos cerca de 200 fallecidos y todos los días se confirmen alrededor de 200 casos nuevos de Covid 19.
Jujuy es una provincia al borde del abismo, donde el pueblo es la única primera línea que da batalla a la pandemia del coronavirus y del hambre. Un pueblo que lucha por su vida, su salud, su trabajo y sus derechos más esenciales, mismo pueblo donde las empresas más importantes matan y el gobierno del emperador brilla por su ausencia e inoperancia.
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