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El plan Cóndor del siglo 21


Por Rocío Ríos, Fernando Rebuzzi, Candela Alesi, Fernando Durand


El 24 de Marzo de 1976 se dio un golpe de Estado en Argentina que depuso los tres poderes constitucionales presididos por María Estela Martínez de Perón. El golpe instaló en el poder a una dictadura cívico-militar que se autodenominó Proceso de Reorganización Nacional y se caracterizó por implementar un plan sistemático de terrorismo de Estado.


El mismo fue organizado y ejecutado en el marco del Plan Cóndor, un sistema de coordinación clandestino represivo entre países latinoamericanos promovido y avalado por Estados Unidos con el fin de impedir los procesos emancipadores de la clase trabajadora de Latinoamérica.

¿Qué decían los grandes medios el 24 de marzo de 1976? En las crónicas de ese momento no hablaban de ‘’golpe’’ sino de ‘’asunción’’ de un gobierno militar, entre noticias de menor importancia.




44 años después, encontramos situaciones similares, donde los grandes medios utilizan titulares semejantes frente a situaciones actuales. En concreto, el golpe de Estado en Bolivia.


Una vez más, Clarín tituló evitando toda mención a cómo llegó al poder el “nuevo gobierno”. Así evita condenarlo y concluye a su favor para poder legitimarlo. Una vez más, un gobierno en Latinoamérica emergido de un golpe de Estado es reconocido inmediatamente por Estados Unidos y sus socios locales, igual que hace 44 años. Una vez más, está el FMI para brindar crédito a los golpistas, reservándose además el derecho a intervenir en la economía del país. Una vez más la Argentina bajo el gobierno macrista se endeudó en forma ruinosa.

Como en el 76’, EEUU busca militarizar la región y se apoya en gobiernos afines para ello, algunos de ellos de facto (Paraguay, Honduras). Financia fuerzas paramilitares (Colombia, Venezuela) y le hace guerra económica a los países que no se alinean con sus intereses (Venezuela, Bolivia, Cuba).

Muchos de los elementos característicos del escenario regional del 76’ están presentes hoy en nueva forma. Sin embargo, ha cambiado en muchos otros aspectos.

La mayoría de los países latinoamericanos sostiene elecciones regularmente y al menos dos partidos se alternan en el gobierno del Estado. En algunos casos, se han juzgado a los militares que protagonizaron los golpes de Estado de los 70’. En otros, se han alejado al menos de la primera plana, pero no del poder. Son nuevas las modalidades de precarización laboral, distintos los patrones de acumulación de algunos países, y distintos los sujetos sociales que impulsan las transformaciones en ellos. Ya casi no quedan organizaciones guerrilleras, muchas de las cuales han buscado cauces institucionales para luchar por el poder, mientras que otras han sido exterminadas.

Asimismo, encontramos un mundo en vías de convertirse en multipolar, con la emergencia de China, India y Rusia como poderes capaces de hacer frente al bloque Norte América-Europa. Y las formas de tramitar el conflicto social en nuestra región varían de país en país.

¿Por qué se dan estas diferencias y similitudes respecto a la época que recordamos este 24 de marzo? Principalmente, porque no ha cambiado un hecho importante, que es la existencia de la misma contradicción principal. Aunque a lo largo de los años hayan sufrido transformaciones, la lucha de clases sigue y seguirá vigente en el continente y en el mundo. El bloque imperialismo-burguesías locales sigue y seguirá depredando y agrediendo al pueblo trabajador.

Por eso, cuando decimos NUNCA MÁS, exigimos NUNCA MÁS GOLPES DE ESTADO, NUNCA MÁS DEUDA EXTERNA, NUNCA MÁS PRESXS POLÍTICOS, NUNCA MÁS OPERACIÓN CÓNDOR, NUNCA MÁS NEOLIBERALISMO.

Seguimos luchando día a día por el sueño de nuestros 30 mil compañerxs desaparecidxs.

POR MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA.

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