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Es momento de hablar sobre la tierra

Vale, pero millones de veces más la vida de un solo ser humano, que todas las propiedades del hombre más rico de la tierra. - Che Guevara


Vivimos tiempos muy extraños, llenos de engaños y trampas, máscaras y discursos. Un gran show se levanta desde las tierras del norte para gratificar a sus súbditos, como enseñaron los antiguos maestros imperiales: Pan y circo. Actualmente el circo rinde mucho mejor -así se encargaron los aprendices de desarrollar la técnica- pero entre las cabriolas, los contorsionistas y malabaristas podemos ver las alas de un pájaro mortal que vigila y manda atentamente.


Fíjese usted lector ¡qué espectáculo! como el nuevo y "humano" gobierno reparte mensajes de fe y avance mientras golpea sin cesar con la mano abierta. Violeta Parra cantaba perfectamente esta realidad "Miren cómo nos hablan del paraíso. Cuando nos llueven balas como granizo. Miren el entusiasmo con la sentencia. Sabiendo que mataban ya a la inocencia".


El show hoy se ha levantado y se ha visto en primera plana a sus payasos más gigantes. Hoy tras meses de lucha y resistencia han desalojado cientos de familias que no tenían un techo donde vivir mientras clamaban ¡Viva la propiedad privada! y se abrazaban tranquilos los dueños de la Argentina.

Hoy ha perdido todo un pueblo, sin excusa alguna. Cuando los que luchan contra la injusticia están vencidos, no por eso tiene razón la injusticia. Nuestras derrotas lo único que demuestran es que somos pocos los que luchamos contra la infamia. Y de los espectadores, esperamos que al menos se sientan avergonzados. Reflexionemos sobre las palabras de Brecht.


- La propiedad privada es el mal


"La burguesía ha desempeñado, en el transcurso de la historia, un papel verdaderamente revolucionario. [...] Enterró la dignidad personal bajo el dinero y redujo todas aquellas innumerables libertades escrituradas y bien adquiridas a una única libertad: la libertad ilimitada de comerciar. Sustituyó, para decirlo de una vez, un régimen de explotación, velado por los cendales de las ilusiones políticas y religiosas, por un régimen franco, descarado, directo, escueto, de explotación."


Marx nos deja claro en qué régimen civilizatorio vivimos y por el cual morimos. La propiedad privada, piedra angular de la burguesía, es el nuevo dios y amo de la humanidad toda. La propiedad privada da el poder, la libertad y la acción de quien sea que los posea. Que no se engañe el lector cuando Berni habla de defender la propiedad privada no se refiere al auto, la casa o el celular de, por ejemplo, el señor Etchevere. No. Berni se refiere a la tierra como medio de producción, como la herramienta que produce, que ata a los peones y que lanza a la pobreza al campesino.


La tierra es la que da poder, la propiedad privada de los medios de producción es la que pone el dinero -que por supuesto trabajan otros- en la mesa del burgués y la que le da la democracia y su libertad.

¿La democracia? se preguntaran algunos ¿Acaso no sabrá Kicillof, Berni, Fernandez, Frederic y la patota policial que repartió palos a niños sin casa, que dice el Artículo 14 bis de la Constitución argentina? Se lo dejamos por si se olvidaron:


El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e irrenunciable. En especial, la ley establecerá: el seguro social obligatorio, que estará a cargo de entidades nacionales o provinciales con autonomía financiera y económica, administradas por los interesados con participación del Estado, sin que pueda existir superposición de aportes; jubilaciones y pensiones móviles; la protección integral de la familia; la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a una vivienda digna.


¿Tendrán en cuenta los funcionarios de este país que ese librito, por el que murieron cientos de miles de argentinos, significa algo para la constitución de la Nación? Por supuesto que lo saben.


Pero la ley aplica para unos y para otros no. Entre los ricos, los poderosos, los burgueses la única ley que aplica es la del beneficio, el de la ganancia. Entre los trabajadores se aplica la misma ley solo que nosotros no estamos en ese juego, así que no estamos en las mismas posiciones. ¿Dónde queda la democracia en que se basa todo el show llamado Argentina? únicamente en los buros de los Pueyrredon, Macri, Bullrich, Rocca, Alvear y varios apellidos que al lector les serán familiares, y a sus padres, y a sus abuelos y a sus tatarabuelos.

¡Si pudiéramos exponer entonces nuestra propia democracia! que hermosos y justos días vendrán.


- Quien posee la tierra pone las reglas


Nuestro país está tomado, desde que nació la Nación, por la Sociedad Rural que impusieron como modo de producción la agroexportación. Las familias oligopolistas que manejan el campo son quienes representan al imperialismo, que deja a nuestros criollos como gendarmes nacionales a mantener el orden en pos del beneficio del frente burgués mundial.


Ese es su punto fuerte y su punto mortal. Hay palabras de Marx que debemos incrustarnos en la frente "Y la burguesía no sólo forja las armas que han de darle la muerte, sino que, además, pone en pie a los hombres llamados a manejarlas: estos hombres son los obreros, los proletarios."

Hemos de aprovechar las armas que nos da la oligarquía rural para darle muerte y poder refundar al país con perspectivas de dignidad a quien trabaja la tierra, a quien se levanta todos los días a ganarse el pan, al que no tiene casa, para distribuir de forma justa la riqueza.


Por supuesto que solo llegaremos a la derrota más segura. El campesino no puede solo contra el poder real y sus lacayos, la lucha que se da en el campo debe darse en la ciudad y ambos mundos deben marchar unidos hacia la reforma agraria y transitar el camino de cambiar lo que deba ser cambiado.

Hemos de actuar en unidad de base con todo aquel que se considere antiimperialista y sobre el acuerdo común de la reforma agraria como palanca hacia un nuevo camino de lucha y militancia.


Debemos establecer un límite de hectáreas que pueda poseer una persona y expropiar a aquellos que se excedan del límite pactado.


Debemos impulsar una ley de Arrendamientos Agrarios que permita la reinstalación de pequeños productores.


Debemos refundar una Junta Nacional de Granos y Carnes para tener el control sobre la comercialización interna y externa.


Debemos garantizar que el acceso a la semilla sea gratis y para todos los productores.


Debemos controlar estrictamente el uso de los plaguicidas para proteger el suelo y los recursos naturales.


Debemos controlar el uso de agrotóxicos para que no afecten a la población civil y los recursos naturales.


Las medidas van más allá de las mencionadas, debemos sentarnos todas las fuerzas políticas antiimperialistas, con la ideología proletaria a la cabeza, para usar como punta de lanza común la Reforma Agraria que servirá de espada para decapitar a la bestia que hoy nos atormenta.



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