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La muerte del general y un cowboy desesperado



Por Manuel Parola |


Todas las columnas de opinión y las noticias más o menos encaminadas a informar al lector sobre lo que está pasando en Medio Oriente tienen siempre los dos mismos párrafos. El primero explicando el “qué” y el “quién”. Un hábito del “buen periodista” que busca precisamente hacer su trabajo como se debe. El “qué” responde al bombardeo realizado la madrugada del 3 de enero de 2020 a un auto que transportaba, entre otras cinco personas miembro de las Fuerzas Revolucionarias de Irán, al general iraní Qassem Soleimani, junto con el jefe de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) Abu Mahdi al Muhandis, al salir del aeropuerto internacional de Bagdad, provocando el incendio de dos vehículos. Ahora bien, Soleimani era el comandante en jefe de la Fuerza Quds, la unidad del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI) responsable de las operaciones especiales fuera del territorio de Irán desde 1998. Por su lado, Muhandis además de dirigir las FMP, fue fundador y líder desde el 2003 de uno de sus grupos integrantes, la milicia chiíta Kataib Hezbolá (el cual tiene que ver con el Hezbollah que los argentinos conocemos únicamente con el parecido fonético de su nombre).


El Departamento de Defensa de EEUU asumió la responsabilidad del asesinato a través de un comunicado del Pentágono, indicando que el mismo había sido ejecutado por orden directa del presidente Donald Trump, con el objetivo explícito de matar a Soleimani y “disuadir futuros planes de ataques iraníes”. Para agregar un poco más de sal y pimienta a las declaraciones oficiales, Trump improvisó una conferencia de prensa el viernes en Palm Beach, en su club privado en el Estado de Florida, en donde afirmó que mandó a asesinar a Soleimani con la intención de "parar una guerra, no para comenzarla". “Debió haber sido asesinado hace muchos años”.


Los restos del auto en donde se trasladaban Qassem Soleimani y Abu Mahdi al Muhandis. Fuente: Sputnik Mundo

La versión del presidente norteamericano dicta que el finado estratega militar planificaba matar a diplomáticos y ciudadanos norteamericanos, y lo señaló tanto de ser el cerebro de la reciente ocupación a la embajada en Bagdad como de ser el responsable de "perpetrar actos terroristas para desestabilizar Medio Oriente los últimos 20 años". Para entender estas declaraciones hay que por un lado, historizar los hechos, poner en orden los sucesos y los intereses detrás de cada uno de ellos, con nombres y apellidos; y por otro lado, explicar quién es Soleimani. Comencemos con esto último.


 

El halcón iraní


Qassem Soleimani era uno de los personajes más interesantes e importantes de la política del Medio Oriente. Como bien lo expresa en su nota Ezequiel Kopel, Soleimani podía ser un ángel o el mismo diablo según quién cuente la historia, aunque lo cierto es que es muy difícil encasillar en categorías occidentales a un personaje tan inmiscuido y tan propio de la cultura del medio oriente.


La carrera de Soleimani comienza en 1979 cuando se une a las Fuerzas Revolucionarias iraníes, poco después de la Revolución Islámica ocurrida ese mismo año. Éste proceso de movilizaciones desembocaron en el derrocamiento de la dinastía autocrática de los shah Pahlaví, viejos aliados de Estados Unidos y de Reino Unido en la región, debido al apoyo recibido por los gobiernos de ambas potencias en 1953 para destituir a través de un golpe de Estado militar al primer gobierno elegido democráticamente, y por su rechazo intransigente a la expansión soviética en el norte del territorio iraní a finales de la década de los ‘70.


Soleimani encontraría su fama al convertirse en el jefe de los Quds en 1998; entonces ya habría participado de las guerras entre Irán e Irak y contra Afganistán fundamentalmente encargado de organizar y sostener a las fuerzas chiítas proiraníes en Siria, Líbano e Irak. Su actuación durante la Guerra Civil Siria, entre 2014 y 2017 donde EEUU e Irán fueron aliados para combatir al yihadismo que ya había avanzado en un tercio del territorio del país sirio. Por otro lado, un informe de la Amnistía Internacional ubica en 120 mil personas desaparecidas por medio de un plan sistemático comandado por el propio Soleimani.


Ezequiel Kopel escribe en su columna “Soleimani, el iraní que siempre estuvo” que “Soleimani fue también el que convenció a Vladímir Putin de unirse al esfuerzo guerrero en Siria para rescatar a la familia (del presidente de Siria) Assad, el que hizo fuerte como nunca a Hezbollah en el Líbano coordinando su ofensiva contra Israel en la guerra de 2006, el que diagramó la resistencia iraquí contra el Estado Islámico. Precisamente este último hecho sirve como una muestra cabal de lo volátil y cambiante que es el Medio Oriente moderno: en la guerra contra el Estado Islámico, Soleimani colaboró codo a codo con la Fuerzas Aérea de Estados Unidos para detener el avance del yihadismo sunita sobre Bagdad y alrededores. Ahora fue fulminado por un avión no tripulado cuando salía del aeropuerto de Bagdad”.


Para completar el cuadro de quien se trata a niveles políticos, debemos tomar en cuenta que “gracias a las acciones de Soleimani, en el norte de Medio Oriente existe una búsqueda chiíta no solo de igualdad sino también de supremacía, dos cosas que la mayoría de los chiítas sienten que se les ha negado durante siglos. Para algunos, la lucha es para vengarse de los sunitas. Para otros, para obtener la igualdad de derechos. Hay un lado más amable y otro más militante, pero son las dos caras de una misma moneda: la República Islámica. Y Soleimani ha sido el principal arquitecto de la instrumentalización de esta doble actitud: después de siglos, desde Líbano hasta Irak, hoy hay más árabes chiítas que árabes sunitas.”


 

Pulsión de violencia: la escalada de tensiones y la necesidad de conflicto


La tensión fue en ascenso desde las declaraciones de Donald Trump el viernes pasado. Ese mismo día, el presidente de Irán Hasán Rohaní, declaró que Teherán y otras naciones de la región "vengarán" el asesinato del general Qassem Soleimani. A las declaraciones del mandatario, se le sumaron las del canciller iraní, Alí Hoseiní Jameneí, advirtió que a los "criminales" que mataron a Soleimani les espera una dura venganza. "Todos los enemigos deben saber que la resistencia continuará con una doble motivación y que una victoria definitiva espera a los combatientes en la guerra santa", indicó Jameneí y anunció tres días de duelo nacional.


Las manifestaciones populares en las calles de Teherán y de las distintas urbes del país islámico tiñeron de negro las calles, rebelando así la enorme importancia de la personalidad de Soleimani para la población iraní.


(Video de las manifestaciones populares que acompañaron a la caravana fúnebre en homenaje a Qassem Soleimani en Irán.)


Ali Vaez, director de cuestiones iraníes del proyecto International Crisis Group, ha indicado que "esto es nada menos que una declaración de guerra a un país acorralado que cada vez tiene menos que perder". Aunque considera que la mayor parte de este escenario "sigue siendo incierta", el integrante de International Crisis Group analiza que se "podría desencadenar un ciclo de escalada que podría descontrolarse fácilmente".


La violencia volvió a ser la forma de reacción el sábado luego de que la base aérea norteamericana ubicada a varios kilómetros de Bagdad fuera atacada con misiles. Hasta ahora no ha habido ninguna responsabilidad atribuida por los ataques y por fortuna no ha habido víctimas fatales por los mismos. Por su parte, la milicia Kataib Hezbolá ha advertido a los militares iraquíes que se alejen de las bases estadounidenses a una distancia no menor de 1.000 metros a partir de este domingo por la noche. "Los líderes de las Fuerzas de Seguridad no deben permitir que sus combatientes sean un escudo humano para los invasores", ha subrayado un comandante de las Operaciones Especiales de la milicia.


El mismo sábado 4 de enero, se dio un nuevo bombardeo, acabando con un convoy de las Fuerzas de Movilización Popular en el cual se desplazaba personal médico. Las FMP denunciaron que las víctimas del ataque fueron tres vehículos que transportaban personal médico de su organización por la carretara que une las ciudades de Samara y Bagdad. Los impactos sobre dos de los tres autos se produjeron 30 kilómetros al norte de la capital. Como consecuencia del último ataque, las milicias chiítas proiraníes aseguraron que se produjeron seis muertes y tres heridos, y acusaron a EEUU de este nuevo atentado.


Como es su costumbre, el primer mandatario norteamericano volvió a dirigirse a la ciudadanía estadounidense y a la comunidad internacional por medio de su cuenta oficial de Twitter, abogando que tiene identificados 52 objetivos de Irán para responder "muy rápido" y "muy fuerte" a las eventuales represalias de Teherán por el asesinato de Soleimani.


"Que esto sirva como una ADVERTENCIA de que si Irán ataca a cualquier estadounidense o activo estadounidense, tenemos identificados 52 sitios iraníes (que representan a los 52 rehenes estadounidenses tomados por Irán hace muchos años), algunos de ellos de muy alto nivel e importantes para Irán y la cultura iraní, y esos objetivos, e Irán mismo, SERÁN GOLPEADOS MUY RÁPIDO Y MUY FUERTE", dijo el otrora magnate de la construcción.



Donald Trump aseguró este sábado que tiene identificados 52 objetivos de Irán para responder "muy rápido" y "muy fuerte" a las eventuales represalias de Teherán por la muerte de Soleimani.

El mandatario Trump hace alarde de haber invertido dos billones de dólares en equipo militar, amenazando usarlo en caso de que Irán lace algún tipo de represalia por los ataques norteamericanos en su territorio.

Pocas horas antes de terminar de escribir estar lineas, Irán exhortó a todas las fuerzas armadas presentes en el territorio islámico a retirarse, mientras que la embajada estadounidense instó a sus ciudadanos en Irán a retirarse del país ya sea por medio de algún vehículo de tierra o por vía aérea. Por otro lado, el país islámico anunció apenas pasado el mediodía que ya no cumplirá con las limitaciones impuestas por EEUU en el Tratado de Viena en el año 2015, que regulaba el desarrollo nuclear de este y de los demás países participantes (Alemania, Reino Unido, Francia, China y Rusia; EEUU había salido del Tratado por ordenes de Trump en mayo del 2018).



El canciller iraní califica de "graves infracciones a la ley internacional" a los atentados sucedidos la madrugada del pasado viernes.

Se espera que las repercusiones continúen a lo largo de las jornadas que vienen. Los gobiernos latinoamericanos esperan pacientes para actuar, debido a las repercusiones económicas del conflicto y la tensión que no hará más que escalar. El canciller iraní Mohamad Yavad Zarif acusó al gobierno de Estados Unidos desde su cuenta de Twitter de haber cometido “graves infracciones a la ley internacional con los cobardes asesinatos del viernes” (de Soleimani y de Al Muhandis) y sentenció que “ha comenzado el fin de la presencia maligna de Estados Unidos en Asia Occidental”.


Parafraseando al periodista de internacionales Lucio Garriga Olmo, no debemos perder de vista que la respuesta de Irán estará por demás de sopesada, estudiada y analizada con mucho detenimiento por las autoridades islámicas: es la primera vez que la misma no es supervisada por Qassem Soleimani.

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