Por Verona Giardinieri
Una vez más el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires toma definiciones unilaterales en contra de lxs trabajadorxs y en detrimento de sus derechos.
Mientras los medios de comunicación difunden el ofensivo anuncio de Larreta que pregona un 90% de conectividad, lxs docentes seguimos en la trinchera defendiendo la Educación pública, tanto de la pandemia como de la desidia y la hipocresía del Estado.
El pago del aguinaldo en cuotas implicó que miles de docentes terminen de percibir ese derecho en el mes de Septiembre, lo que es una evidente muestra de menosprecio hacia lxs trabajadores de la educación.
Como si fuera poco en la reunión de la Mesa de Condiciones Salariales el pasado viernes 17/07, los funcionarios del Ministerio de Educación porteño anunciaron que no cumplirán con el compromiso asumido al inicio del ciclo lectivo 2020. En ese entonces, se estableció un incremento remunerativo de $2740 por cargo, o 20 horas cátedra para el cargo testigo de maestra/o de jornada simple, que debía hacerse efectivo con el salario de julio.
Es decir, que sumado al teletrabajo sin horario, muchas veces en condiciones miserables y utilizando nuestros recursos para cada una de las clases; al enorme porcentaje de docentes que también son estudiantes y se encuentran hoy precarizados por la gestión privada; les niñes en los hogares que necesitan la atención de sus familias (la mayoría de lxs trabajadorxs de la educación somos mujeres que también llevamos adelante el trabajo de nuestros hogares no remunerado); el gobierno de Larreta, a modo ya de humillación, decide golpear una vez más nuestrxs bolsillos y nuestra moral en este contexto de crisis general en la sociedad.
Sin embargo, todo esto ni siquiera tuvo espacio dentro del discurso de Larreta el propio viernes en la quinta de Olivos. Sí entraron, por supuesto, las “libertades individuales” que los sectores sociales más repudiables de nuestro país salieron a defender, violando la cuarentena que supuestamente justifica el ajuste en nuestros salarios. Sí tuvieron su lugar los comerciantes y los “runners”; nunca tenemos voz nosotrxs lxs docentes…
Una vez más y como ya me han escuchado decir, somos lxs olvidadxs de la alcancía del tiempo.
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