Es de público conocimiento que el gobierno nacional anticipó en Abril de este año el debate de efectivizar un impuesto que afecte a los pertenecientes de grandes fortunas, pero todavía no se presentó una ley formal en el congreso. Nosotros nos preguntamos, ¿Alcanza con este impuesto?
Por Joaquin Beigbeder
Frente a esta crisis mundial, el gobierno nacional destinó grandes porciones de presupuesto público (que ya estaba recortado luego del gobierno de Cambiemos) en políticas de salud, infraestructura y desarrollo social para lograr neutralizar o controlar lo mayor posible al COVID-19 y el impacto de una economía en recesión y detenida. Estas medidas no son gratuitas, por eso es que luego de pasar esta pandemia Alberto Fernández, presidente de la Nación Argentina, va a tener que enfrentar el demoledor impacto de la crisis mundial en nuestro país.
El impuesto a las grandes fortunas es una maniobra de salvataje económico para lograr tener cierto margen a la hora de gobernar un país luego de la pandemia, pero no solo eso sino que es también un posicionamiento frente a estas personas que siempre han sido beneficiadas y ayudadas por el estado y su fortuna ha sido lograda gracias a la explotación de la clase trabajadora y los medios de producción de nuestro país. Este “impuesto” solo le quitaría el 3% de toda la ganancia y fortuna de unas pocas personas, no van a sacarte a vos tu auto ni tu plata porque una persona promedio de Argentina no llega ni a un décimo de las fortunas de estos capitalistas ni aunque ahorrara toda su vida.
Solo 15 mil personas tendrían que pagar este impuesto cuando hay 16 millones de personas en Argentina cuya sus economías son precarias. Este sector de multimillonarios como Paolo Rocca, dueño de Grupo Techint, o Alejandro Bulgheroni, dueño de la petrolera privada más grande del país, han logrado su riqueza en base a la explotación continua de los trabajadores de su empresa, de los medios de producción, de los recursos naturales del país y de políticas que han llevado a cabo distintos gobiernos y dejado siempre al pueblo sin comida, sin techo y sin dignidad.
El patrimonio de los empresarios más ricos del país deja un total de 9.040.000.000 millones de dolares en un país donde el sueldo mínimo es de 16.875 pesos, donde hay un déficit habitacional de 3,5 millones de viviendas, con servicios caros, que roban y que son insuficientes, con grandes números de trabajadores precarizados y un cada vez más preocupante número de desempleo. Por supuesto no estamos hablando de que las personas como Magnetto, Rocca o Galperin se "hicieron de abajo", no, eso es ser muy ingenuo. La riqueza de estos parásitos viene de la extracción de plusvalor y favores del Estado.
Para poder combatir al parásito que succiona la sangre del pueblo trabajador -que solo recibe migajas por su trabajo- hacen falta herramientas que debemos arrancarles a los representantes de la burgesia. El impuesto debe ser permanente para garantizar, minimamente, un modelo sustentable que debe dejar de hacerle concesiones a los poderosos y abrirle un poco más los brazos al pueblo. No basta con un "aporte" necesitamos una política de Estado.
Entonces mi pregunta es, ¿No les parece que a estas personas se les tiene que sacar un poco de todo lo que ganaron gracias a la Argentina? ¿No les parece que se tenga que sacar más plata de la propuesta? ¿No nos deben estos empresarios y explotadores todo al pueblo?
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