Por Camila Achinelli
El viernes 17 de Abril, la Federación Juvenil Comunista de la sede de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA estuvo conversando con Florencia Guimaraes García, activista travesti, sobreviviente de prostitución y militante del Partido Comunista.
- ¿Qué es el abolicionismo?
- El abolicionismo es una herramienta ideológica y filosófica de lucha, pero también es una herramienta legal que aboga por la erradicación de la explotación sexual y por la destrucción del sistema prostituyente. Hay tres posturas con respecto a la prostitución, una es el abolicionismo que es la lucha por los derechos humanos de todas aquellas que se encuentran en situación de prostitución en todas sus modalidades, sostiene que sin prostitución no hay trata, que estas son dos cara de una misma moneda, son parte del engranaje. El sistema prostituyente es un sistema que tiene eslabones, engranajes compuestos por el patriarcado, el capitalismo y la complicidad de los Estados, de la policía, de los prostituyentes, de los varones y de gran parte de la sociedad que lo naturaliza bajo frases muy comunes como “la prostitución siempre existió”, “es el oficio más viejo del hombre”. También siempre existió la esclavitud, la tortura y las guerras, y eso no significa que tenemos que abalarlo, sino que tenemos que luchar contra todas esas formas de opresión, de dominación y explotación. Luego está el reglamentarismo, que sostiene que la prostitución es un trabajo como cualquier otro, que es lo mismo ser abogada, enfermera, médica, kiosquera, verdulera que ser prostituta. Yo me pregunto cuántas de las personas que están del otro lado en este momento van a su trabajo y son penetradas 20 veces por día por sus jefes y sus compañeros, son maltratadas, hostigadas, encerradas y torturadas. ¿Se puede comparar eso con un trabajo? Y el otro posicionamiento, al cual en lo particular no adhiero y muchas no adherimos, es el prohibicionismo que, como lo dice la palabra, prohíbe. Prohíbe y castiga a través del punitivismo, por lo general, a todas aquellas que se encuentran en situación de prostitución. Hay países prohibicionistas donde se pena a los prostituyentes que están en las zonas rojas con multas, pero la verdad es que el sistema prostituyente no se detiene con esto porque todas esas compañeras que están en una esquina y que muy pocas veces no tienen “fiolos” por detrás terminan en redes de trata más profundas, confinadas con 10 o 15 compañeras dentro de un departamento privado, porque los varones no dejan de ir a prostituir, a violentar y a violar nuestras corporalidades. Esos son los tres posicionamientos: abolicionismo, reglamentarismo, y prohibicionismo. El abolicionismo, que es a lo que nosotras adherimos, es bien claro: exige a los Estados políticas públicas, contención para todas aquellas que están en situación de prostitución, y para que las que quieran dejar de estarlo puedan tener la manera de salir del sistema prostituyente, no se mete en otros cuestionamientos.
- ¿Qué opinás vos como trava, abolicionista, sobreviviente de prostitución del nuevo movimiento T.E.R.F (Feminismo Radical Trans-Excluyente), biologicista, antitravesti que crece en la juventud?
- La verdad es que es de gran preocupación, si bien es un movimiento que existe desde los años `70 se ha hecho muy visible en los últimos años y es de gran preocupación porque se funda sobre un pensamiento conservador, fascista, muy similar al de la iglesia católica con el que quieren correr a las travestis y trans de la discusión sobre si somos abolicionistas o no, si debemos o no participar de los lugares que hemos conquistado, esos lugares donde hemos sido expulsadas muchas veces por compañeras en los encuentros nacionales de mujeres, donde Lohana Berkins y Diana Sacayán eran expulsadas de los talleres a gritos de “hay varones acá”. La lucha ha sido muy grande y también ha sido muy grande el abrazo de gran parte del movimiento de mujeres y de los feminismos hacia nosotras. Entonces realmente preocupa este discurso que también es colonizante porque en Argentina viene de la mano de los países europeos. En nuestro país la lucha travesti siempre ha sido abolicionista, hemos encabezado los grandes cambios culturales, hemos logrado la derogación de códigos contravensionales, hemos creado y generado políticas públicas como la Ley de Cupo Laboral “Diana Sacayán” que le exige al Estado una reparación y que todas las compañeras puedan tener acceso al trabajo, hemos tenido la primera cooperativa travesti-trans de Latinoamérica de la mano de Lohana Berkins. La mayoría de las compañeras acá somos abolicionistas, obviamente existe un discurso neoliberal de “libre elección” que parece copado, que dice “mi cuerpo, mi decisión”, ¿pero sabés qué? Tu cuerpo deja de ser tu decisión cuando un tipo te da un billete y hace de tu cuerpo lo que quiere, y no solamente de tu cuerpo porque no somos solamente un cuerpo como quiere el sistema prostituyente, como si no tuviéramos emociones, subjetividad, sentimientos, como si solamente fuéramos una boca, una vagina, un ano y un pene. Es muy bonito este discurso académico que hoy abunda en las universidades al igual que frases como “puta feminista”, “trabajadora sexual”. Detrás del término “trabajadora sexual”, que ingresa en nuestro país de la mano de los grandes financiamientos internacionales en los años ´90, se esconde la explotación de millones de mujeres, niños, niñas, travestis, trans y otras identidades. No es “trabajo sexual”, es explotación sexual “edulcorada”, pero es un discurso que a las juventudes las engancha porque lógicamente, si yo te antepongo por delante la palabra “derechos” nadie va a estar en contra de los derechos de nadie, lo que no hace es profundizar qué es lo que están pidiendo, ¿cuáles son esos derechos? Nosotras hemos hecho el trabajo de analizar todos los proyectos de reglamentación que ha presentado AMMAR, que en Argentina es una asociación de meretrices. En esa asociación estaba Lohana Berkins, Sonia Sánchez, Delia Escudilla, Graciela Collantes, todas referentes del abolicionismo que se juntaron para luchar contra la represión y los códigos contravensionales y que luego se van de AMMAR y surge AMMAR Capital y AMMAR Nacional, después AMMAR Capital se convierte en AMADH cuando bajan millones de dólares para entregarles preservativos a las putas y para llenarles la cabeza con el discurso de que la prostitución es un trabajo.
- Hemos escuchado muchos relatos de compañeras travestis sobrevivientes de prostitución contándonos que les ponían un arma en la cabeza para no usar preservativo, entre otros hechos aberrantes, y justamente es difícil decir “quiero que te pongas el forro” cuando en el medio existe una relación de poder.
- Y más allá de eso, el fierro en la cabeza te lo pone el propio Estado y la sociedad cuando no genera las condiciones para que una no tenga que ser arrojada al sistema prostituyente siendo una niña en el caso de las travas, o de las miles de millones de mujeres que son prostituidas porque son arrojadas por el hambre, por la violencia que hay en los hogares, por los maridos que terminan siendo “fiolos”, por tener que darle de comer a cuatro o cinco pibes, porque detrás del sistema prostituyente las que ponemos el cuerpo y todo lo demás somos las empobrecidas por el sistema capitalista, no son precisamente estas pibas que están en la universidad estudiando, con papi y mami que les paga el departamento. Es fácil decirse “puta feminista” cuando no ponés el cuerpo todas las noches en una esquina o en un campo de concentración como son los prostíbulos, que en Argentina están repletos. Hay que romper con todos estos discursos idílicos y maravillosos que plantean la prostitución como algo fantástico. Cuando hablan de derechos laborales y uno se pone a profundizar en los proyectos de ley, algo que nosotras hicimos, nos preguntamos “¿cuáles serían esos derechos para las compañeras en situación de prostitución y cuáles serían las obligaciones?” Porque son todas obligaciones, no tienen derecho a nada, están obligadas a ser medicalizadas, a hacerse hisopados vaginales porque está prohibido por la ley que tengan VIH u otras ITSs. Todo para que los señores la pongan sin preservativo y tranquilos y después vuelvan a sus hogares monogámicos, burgueses y espléndidos, y digo burgueses porque la prostitución atraviesa a todas las clases sociales, y nosotras siempre poniendo absolutamente todo, una vaca para ser consumida pasaríamos a ser nosotras las prostitutas, las que estamos en situación de prostitución. Hablan de jubilación, y lo que están exigiendo es el monotributo social, puedo ir ahora y pagar un monotributo social pero yo me pregunto: “¿cuántas pijas me tengo que chupar a lo largo de mi vida para aportar a esa jubilación?” En el caso de las travestis, que tenemos una expectativa de vida de 35 años de edad, ¿a qué edad nos vamos a jubilar? ¿Se va a tener en cuenta que somos violadas por los prostituyentes desde los 11, 12, 13 o 14 años de edad siendo menores? Son un montón de cosas las que hay que debatir y que no se hablan. Dejo también como pregunta, como reflexión: ¿Por qué siempre el discurso del reglamentarismo es “nosotras, las trabajadoras sexuales, etc, etc” y nunca jamás hablan del rol de los prostituyentes? ¿Por qué siguen ocultando el rol de los varones prostituyentes? ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué solamente nosotras hablamos de la violencia prostituyente y ellas no? Para ellas es todo maravilloso, les siguen cuidando la chota al patriarcado porque de ellos no se habla, siempre es la discusión de si soy abolicionista o si soy reglamentarista y mientras tanto, mientras nosotras discutimos, ellos en este momento por más que haya una pandemia, están prostituyendo seguramente a una niña , una piba, una trava o una abuela, porque también está eso, tienen como en una góndola lo que se les da la gana, por si un día quieren rubias, un día morochas, un día travas, un día superdotadas, un día una nena, un día una madurita o el nombre que quieran ponerle.
- ¿Cuál ha sido la edad de la niña más joven arrojada a la prostitución?
- Hay muchísimas edades, hace unos dos o tres años hubo un allanamiento en un prostíbulo de Zona Sur y había una nena trans de diez años adentro de ese prostíbulo. Y como el de ella hay un montón de casos, no solamente en Buenos Aires. Esto en las provincias es mucho más profundo todavía, vas por la ruta en Chaco y ves las niñas y niños prostituidos. Pasa en La Matanza donde tenemos puertas de hierro y barriadas populares donde hay niños menores de cinco, seis o siete años que son prostituidos por paco. Y en el caso de las travestis, que asumimos nuestra identidad de género siendo niñas, la mayoría de nosotras terminamos en una esquina a los once, doce, trece o catorce años de edad, como en el caso de Lohana Berkins que a los trece años de edad ya estaba en situación de prostitución.
- Teniendo en cuenta que mencionaste a nuestra gran camarada, Lohana Berkins ¿cuándo la conociste a ella y a Diana Sacayán?
- A Lohana la conocí cuando yo era muy chiquita, a los doce o trece años, porque teníamos una amiga en común. Cuando fui preadolescente empecé a tener un poco más de contacto con ella y después de un tiempo fui arrojada al sistema prostituyente, y como lo único que pasaba en mi vida era estar parada de lunes a lunes en una esquina, no tenía más vida social que relacionarme con mis compañeras. Y a Diana Sacayán la conocí de más grande, ella era trabajadora del INADI y en conjunto con el INDEC un día vino a hacerme una encuesta sobre la población travesti en La Matanza. Me acuerdo que vino junto a Alba Rueda en esa ocasión, fue hace muchos años, en el 2010 o antes. Pero tuve más amistad con Lohana Berkins que con Diana Sacayán porque al ser de una zona más lejana no llegamos a tener una relación como la que tuve con Lohana hasta el último día de su vida.
- ¿Cuál considerás vos que es la mejor manera de acercarse a les que se encuentran en situación de prostitución?
- Es un trabajo bastante arduo porque todas aquellas que están en situación de prostitución tienen un “caparazón”, un mecanismo de defensa. Son muy desconfiadas de quienes se acercan porque somos estigmatizadas todo el tiempo, entonces eso nos hace poner una distancia con cualquier persona, y porque quienes se han acercado lo hicieron para traernos preservativos desde el pensamiento de que todas vivimos con VIH. Hay mucho estigma con respecto a todas aquellas que se encuentran en situación de prostitución, entonces a ellas les da mucho miedo la sociedad en general porque al estar inmersas en el mundo de la prostitución solo tienen relación entre ellas, con los prostituyentes y la policía. Yo creo que hay que acercarse, es un trabajo territorial que hay que hacer porque realmente todas las que estuvimos en una esquina hubiéramos querido que se nos acercara alguien y que diera una palabra de aliento o ayuda, pero eso no es muy común, no sucede. También hay que tener mucho cuidado porque por lo general si son compañeras mujeres las que están en situación de prostitución, seguramente alrededor están los fiolos, entonces no es un tema fácil. Estamos hablando de redes de trata donde hay complicidad policial, de la justicia, de políticos y de los mismos fiolos prostituyentes, entonces hay que ser muy cuidadoso con esas cosas. Pero yo creo que hay que acercarse y no desde el lado de la victimización, sino que hay que incentivar a las compañeras para que crean que realmente hay otra salida. Sabemos que es muy difícil porque el Estado no cumple, nuestro Estado es abolicionista en su constitución pero nunca ha cumplido con los tratados internacionales que ha firmado, de lo contrario tendríamos que tener un Estado que brinde una herramienta para que toda aquella compañera pueda salir de la situación de prostitución, aunque no tendríamos ni siquiera que llegar al punto de estarlo, pero esta sociedad es una fábrica de putas porque los tres negocios que más dinero mueven en el mundo son la prostitución, las drogas y las armas. Para hacer drogas y para fabricar armas se necesita materia prima y recursos, para fabricar putas lo único que se necesita es pobreza.
- ¿Cuál es la causa de caer en la prostitución?
- Las causas son múltiples, en el caso de las travas por lo general es la expulsión temprana de los hogares, donde muchas veces son hogares empobrecidos donde se ejerce violencia de género contra nuestras madres. Somos expulsadas de las instituciones educativas, del sistema de salud y por eso tenemos una expectativa de vida de 35 años de edad. Un cuerpo que a los 14 o 15 años de edad empieza a estar en situación de prostitución llega a los 35 años destruido, y no solo es el cuerpo porque el sistema prostituyente te anula como persona, destruye tu autoestima y está comprobado que cualquier persona que atraviesa la prostitución queda con secuelas equivalentes a una persona que ha estado en una guerra, de esto hay informes internacionales. Y en el caso de las mujeres puede ser por redes de trata, el método más común de captación de las pibas es a través del enamoramiento, a través de las redes sociales, donde hay que tener muchísimo cuidado con lo que una escribe porque existe un seguimiento por parte de los proxenetas. Siempre están buscando a las compañeras que están pasando por altas vulnerabilidades y si son pibas menores más todavía, también a través de avisos engañosos de camarera o de atención donde ofrecen sueldos imposibles. En lo personal yo creo que lo que más tiene que ver con esto es la pobreza estructural de todas las que terminamos en prostitución porque siempre somos las empobrecidas, no es casual. En Europa los prostíbulos donde está reglamentado no están llenos de ciudadanas de sus propios países, sino que son las empobrecidas migrantes africanas, latinoamericanas, venezolanas, dominicanas.
- ¿Cómo impacta la prostitución en sociedades de aquellos países donde está reglamentada?
- Impacta terriblemente porque crecen las redes de trata y los dueños de los prostíbulos gigantes en ciertos lugares de Europa donde hay mucho turismo sexual pasan a ser empresarios para el Estado porque este lo está abalando. Si reglamentamos le damos al Estado la autoridad de que intervenga sobre mi corporalidad, mis deseos, mi sexualidad y yo como prostituta voy a tener que tributar para él, que pasa a ser el principal proxeneta.
Comments