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¿Que es Todos?



Por Pedro Maldonado |


Y llegamos a diciembre con el objetivo principal cumplido: sacar a Macri de la Rosada y a la mayor parte de su séquito vandálico que nos reprimieron, hambrearon, persiguieron y empobrecieron. Ahora estamos en otro tablero con muchas cosas positivas para el grueso del pueblo trabajador (pero no suficientes) y una creciente sombra que se materializa en capas medias y trabajadoras cooptadas por el la peste amarilla de ojos celestes y su combo neoliberal-pro imperialista. Todo esto sumado a golpes de Estado, violaciones constantes a los derechos humanos y un clima de represión fascista elevado en la región, aunque también de resistencia. Vale entonces la pena preguntarnos ¿cómo seguimos ahora? ¿qué es Todos? ¿cuáles son los matices de este proceso? ¿cuál es nuestra tarea?


Pues bien, en los últimos días después de la elección de Fernández, éste se reunió con una figura despreciable que es responsable directo de la masacre de Avellaneda y la muerte de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki: el señor Eduardo Duhalde, al que llamó paradójicamente “bombero” al ser iniciador del caos llameante que se llevó la vida de muchos compañeros. Aunque por otro lado el término de bombero es adecuado. ¿Qué otra mejor forma de llamar a alguien que se encargó de apagar la llama del levantamiento popular?


A su vez tenemos el armado de un bloque reciente en el que además se encuentra otro amigo del señor Duhalde y no es nadie menos que Carlos Saúl Menem, del que no hace falta poner curriculum más nefasto que su propio nombre. Lo interesante es que a última hora 3 diputados del PRO se unirán a un inter-bloque junto con el peronismo. ¿Las convicciones al mejor postor?


Todo esto nos hace preguntarnos: ¿qué se entiende por el Frente de Todos? Parece haber un error fundamental y es claramente en la concepción de la “grieta”, término irreal e imaginario instalado fuertemente en el discurso político de la última década. Vamos a detenernos un momento acá. La única grieta que para nosotros existe es entre los que buscamos un agrupamiento de las fuerzas revolucionarias y progresistas con el objetivo de darle al pueblo una herramienta política para no caer en economicistas, oportunistas y electoralistas y los que creen que ganado una elección habrá un estado socialista y/o le lavan la cara al Estado Burgués con dicotomías falsas como los K y los anti K.


Desgraciadamente estos últimos son los que imperan y todo se construye en la idea de la unión burguesa para sostener a pequeños avances económicos en el poder. La clásica idea de conciliación peronista no escapará esta vez.


Creo que queda más que claro que si bien se ganó una eleccion, la batalla no ha terminado aún y para confirmar esto existe ese molesto %41 de electorado que está compuesto, sobre todo por la gran burguesía, pero también por muchos trabajadores y clases medias -a las que hay que ganar y aliarse para que la clase obrera salga triunfante- que están alienados por el discurso dominante de la clase dominante y su cosmovisión que fue instalada mediante un sistemático bombardeo mediático y un gran trabajo cultural. La idea de la individualidad, la meritocracia, la desorganización y la despolitización nos aparta frentes de masas importante del alcance de los revolucionarios.


Por lo tanto ese Todos tiene que ser la inclusón de masas del pueblo a partir poder desenmascarar y denunciar a los grandes burgueses. En 1905 cuando Rusia estaba al calor de potentes huelgas los políticos liberales decían: "Ustedes son fuertes cuando la sociedad los mira bien". Lenin decía que un marxista contrarrestaba: "La sociedad los mira bien porque ustedes son fuertes". Ahí está la clave.


Por lo tanto, sin caer en economicismos, es importante estar siempre en las luchas reivindicativas logrando pequeños avances para el fortalecimiento de la clase, pero falta un elemento muy importante: la lucha política, que se verá representada por el partido revolucionario de vanguardia y sus cuadros capaces de movilizar en contra del imperialismo, la sumisión, el oportunismo y la traición del pueblo. Para eso además hay que fortalecer aparatos estudiantiles de vanguardia, sindicatos antiburocráticos e independientes, trabajo barrial de liberación, etc., que nos den las herramientas para, junto con otras organizaciones, conformar un ejército político de masas capaz de arrancar a cualquier político lo que la clase obrera necesita.


Tampoco nos engañemos, el gobierno como gobierno burgués necesita -y debe en estos instantes- mantenerse en el poder con un montón de concesiones para poder llevar a cabo políticas populares y sobre todo no ser derrocado por un golpe de Estado (posibilidad que acecha después de los sucesos en Bolivia). Por lo tanto no es ninguna sorpresa que se hagan este tipo de acuerdos, pues es la forma que históricamente usó dicha fuerza (y muchas otras) para gobernar. Es necesario que vuelvan muchas cosas que nos fueron arrebatadas hace 4 años y esta es la forma que encuentra Fernandez. El rol del revolucionario ahora es mantener una participación activa en estos pequeños avances económicos y puja por el poder político amén de tener una presencia más fuerte en el campo popular y fortalecer el movimiento obrero a la vez que es una oportunidad para utilizar aparatos de propagando y agitación. La tarea estratégica por su lado es la lucha política organizando a obreros y estudiantes en la conformación de un frente de liberación nacional y social junto con las fuerzas revolucionarias y progresistas teniendo siempre como eje la conducción obrera. La única herramienta real contra el imperialismo y por ende el capital es esta y debemos poner nuestro trabajo en ello. Es una época de construcción con un pequeño aire de tranquilidad pero que debe servir como un empuje hacia lo que necesitamos: un Estado socialista en Argentina.

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